¿QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER PARA SALIR DEL POZO?
- Gabriel Ortega

- hace 6 días
- 17 Min. de lectura
Actualizado: hace 3 días
Segundo discurso del Evento Político ¿Qué hacer y qué no hacer para sacar a Guatemala del pozo? - Ciudad de Guatemala, 12 de noviembre de 2025
Por Gabriel Ortega
Amigos liber-clásicos, nuestro remanente… gracias por atender al llamado.
Habiendo escuchado la situación que hoy condena a nuestro país a estar dentro del pozo, es decir: dentro del sistema estatista (leer Primer discurso del evento), es normal sentirnos impotentes, abrumados, quizás hasta frustrados por la gran lucha que tenemos por delante, al menos quienes queremos ver a nuestro país fuera de ese pozo. Pero tan solo el hecho de que esta noche, atendieran a nuestra invitación y se dieran la oportunidad de conocer cuál es el verdadero problema, ya los coloca en una posición de ventaja sobre el resto de guatemaltecos que anhelan cambiar este país, pero no saben por dónde empezar.
Cuando las personas en nuestra cotidianidad nos vemos enfrentados ante situaciones adversas y planteamos soluciones, es necesario, lógicamente, antes que nada, determinar cuál es el problema de fondo y cuales son sus causas primarias, de lo contrario, todo aquello que hagamos no servirá de nada para solucionarlo. En política sucede exactamente lo mismo. Se debe identificar bien el problema para luego plantear las acciones idóneas que lo pueden solucionar. De existir un mal diagnóstico, de no llegar a identificar bien el problema de fondo, las “soluciones” que se planteen no van a mejorar nada realmente.
¿Qué es lo que no se debe hacer para sacar a Guatemala del pozo? Lo mismo de siempre, aplicar el mismo recetario de soluciones fracasadas que no han resuelto realmente el problema que hoy mantienen al país en estado de crisis permanente. Veamos algunas de ellas:
Las izquierdas tratan de hacerle pensar a la gente que todos los problemas se solucionan dando más poder y más plata al gobierno, ¿Saben qué es lo peor? Que hay quienes lo creen. Recordemos cuánto nos ha endeudado el Arevalismo 2.0 , y cuánto nos han endeudado los gobiernos anteriores (Q333,205,317,633.06), no solo a nosotros, han comprometido a las futuras generaciones (Q18,099.15 por cada habitante). Cada niño que nace en este país ya está endeudado.

Nos dicen que es necesario darle más atribuciones al gobierno, pretenden que al ser ellos los que dirijan nuestras vidas y mientras gocen de recursos casi ilimitados para hacerlo las cosas irán bien…pero eso no ha funcionado en el pasado, eso no está funcionando hoy y no funcionará mañana!!!
¿Qué me dicen de los asesores que sugieren aplicar más ciencia gerencial y técnica organizativa? ¿Cuántos profesionales “expertos” en sus respectivas materias tenemos en los ministerios, viceministerios y secretarías? Muchos de ellos, quizás la mayoría sin aportar genuinamente soluciones a los problemas del país. Eso sí, ganando plata por sugerir, hacer y deshacer un innumerable conjunto de prácticas en nombre del estatismo.
El ejemplo más reciente es el del ex-ministro Francisco Jiménez, frente al Ministerio de Gobernación. Mucho supuesto “expertis” según títulos académicos que no fueron suficientes para estar a la altura requerida para comprender y atender el problema de la inseguridad en Guatemala.
Hemos experimentado un amplio despliegue de prácticas ya habituales bajo el sistema estatista: la mezcla entre el gobierno y los particulares, los contubernios público-privados (como el caso del Aeropuerto Internacional La Aurora) que se traducen en privilegios y complicidad por parte de algunos actores, como aquellos empresarios mercantilistas que en lugar de enfrentar el problema, prefieren coexistir con él. Con frecuencia se abandona la valentía por la conformidad.
El exceso de democracia ilimitada, carente de resultados positivos para cualquier sociedad. Una de las banderas con las que el actual gobierno vendía la “nueva primavera” era precisamente una mayor apertura democrática. La democracia (limitada/liberal) es un método de elección de gobernantes (punto), no es otorgarle todo el poder a una ciudadanía demagógicamente manipulable y estatista hasta la médula, para que comprometa a unos en detrimento de otros.
Guatemala tampoco se arregla llevando a gente “más ética” a trabajar dentro de las instituciones del Estado. Esta solución suele escucharse principalmente de las agrupaciones cristianas. Y claro que se espera que al gobierno llegue gente íntegra, los fusionistas somos personas que tratamos ser mejores día a día…pero, mientras las instituciones que componen el sistema sean injustas, inmorales y de naturaleza corrupta, hasta la persona más recta puede llegar a torcerse.
Por parte de las autoridades se nos invita a los ciudadanos a ser solidarios y poner más esfuerzo de nuestra parte… trasladan así casi totalmente la responsabilidad al ciudadano, mientras se desligan ellos de la culpa, de ser quienes mantienen y profundizan el sistema que nos oprime, nos empobrece y no permite que prosperemos como país.
Más socialismo aplicado a través de políticas públicas y más liderazgos que sepan orientarlo para que funcione, “si viene a través de recetas internacionales mejor” dicen quienes aún depositan su confianza en el Sistema de Naciones Unidas, como si no es más que evidente, que no depende de liderazgos ni mucho menos de la aplicación de políticas de izquierda. Y a propósito de dichas políticas, los pocos que advierten el impulso internacional que ha tenido el marxismo a través del Sistema de Naciones Unidas, y se atreven a criticarlo, se quedan a la mitad del camino, porque se han comprado el cuento de que la receta marxista hoy se limita solo a la esfera de la cultura.
La irracional ideología de genero impulsada en las escuelas por el lobby LGBT es algo perverso, el feminismo radical de tercera ola, con su bandera en favor del aborto (asesinato de niños) es perverso, así como el relativismo, el anticristianismo y demás afrentas contra el matrimonio, la familia y la moral. Hoy se advierte desde algunos espacios, principalmente conservadores, la brutal ofensiva que están sufriendo los valores y las instituciones que algún día hicieron grande a Occidente. Pero no se advierte que dicha embestida no es solo cultural, sino económica y principalmente política.
Los batalladores culturales (cada vez más presentes desde sus trincheras digitales), parten de la idea: que debemos cambiar la mentalidad de la gente, sobre todo de los jóvenes que son adoctrinados y que caen presa del adversario (es decir la izquierda progre, woke, etc.), y que librando la batalla de las ideas, nuestra generación verá un futuro mejor, pero…no atienden que la cultura distorsionada de hoy, es resultado de la política marxista de ayer. Desde la esfera política se ha delineado, perfilado y pervertido la cultura de la sociedad actual. Ha sido la embestida a través de leyes malas en materia económica, que se han sentado las bases para la proliferación del marxismo, que hoy adicionalmente, también es cultural.
Es un error suponer que estamos ante una “nueva izquierda”, y que aspectos como el aborto, la ideologia de genero, el ecologismo radical y el relativismo en general, no tienen nada que ver con el marxismo clásico. Los fusionistas advertimos que debemos frenar el avance del marxismo completo; tanto el marxismo clásico/económico que sentó las bases para la gran usurpación en materia de: trabajo, industria, banca, transporte, herencias y demás, como del marxismo cultural, que fue la fase final de esa gran usurpación ejemplificada en la cooptación de la esfera educativa.
De los 10 puntos del Manifiesto Comunista, los primeros 9 tenían como objetivo empobrecernos, acabar con el crecimiento económico, la propiedad privada y someternos al régimen de gobierno sin límites, de esa cuenta fue tan sencillo para los marxistas cooptar luego la educación (p. #10) y consolidar su proyecto político.

Marx y Engels, redactores del Manifiesto Comunista de 1848.
Los padres de familia una vez empobrecidos, sometidos a amplias jornadas laborales, con salarios paupérrimos, incapaces de gozar de tiempo libre para formarse a sí mismos y mucho menos a sus hijos, terminaron por ceder esta labor tan importante al gobierno. Acto que benefició a los marxistas. Habiendo despojado a los padres de la capacidad de preparar a los niños, encontraron en la educación pública el caldo de cultivo ideal para corromper mentes nuevas y así replicar su ideología y mantenerla a través del tiempo.
La ideología de género, el relativismo postmoderno destructor de la verdad, la “educación sexual integral”, que es aborto maquillado con un nombre atractivo, todo eso que con justa razón te aterra que se enseñe en las escuelas, solo es el resultado de un gran y exitoso proyecto político (el de las izquierdas) que lograron destruir la base económica de la sociedad y posteriormente su superestructura (en palabras marxistas). La pregunta que nos compete esta noche es: ¿Revertirlo es posible? Sí, pero no de la forma en la que te lo venden hoy en día.
Los batalladores culturales, que en su mayoría son youtubers, escritores y vendedores de libros, en su mayoría conservadores, están perdidos en cuanto al diagnóstico y las estrategias. Te dicen que hay que dar la batalla cultural, la batalla de las ideas. A nosotros mismos nos insisten en que debemos confrontar a las izquierdas desde las redes sociales, canales de youtube, libros, universidades e incluso nos han llegado a sugerir que seamos nosotros quienes controlemos la esfera educativa y desde allí hagamos una contraofensiva al marxismo, imponiendo un modelo de enseñanza conservadora. Con sus planteamientos dejan entrever tres cosas que los caracterizan: su limitada visión del problema, su errada estrategia para resolverlo y desde luego, su buena dosis de adoctrinamiento estatista. Muchos de ellos son tan estatistas como los marxistas a los que tanto critican.
No se advierte que la cultura de una sociedad es moldeada por las leyes, y no solo las leyes en cuanto al aborto o la educación, sino todas aquellas leyes en materia de trabajo, atención médica, medio ambiente, economía, deporte, minería, banca, sistema pensional, etc. Todas esas normativas, perversas en cuanto a su naturaleza, constituyen nuestro ordenamiento jurídico y son la columna vertebral del sistema, del pozo en donde estamos metidos…y se contabilizan por cientos.
La batalla cultural NO se centra en las leyes malas que hay en nuestro ordenamiento jurídico, se concentra en alguna que otra idea o conducta, pero sin advertir que tales, son resultado del sistema legal. Cada ley mala da origen a una institución, a un modelo, a una orientación y a una conducta dentro de la sociedad. Sin acabar de raíz con las leyes malas no vamos a cambiar la cultura de las personas.
Las leyes malas que transgreden esferas privadas de la sociedad, las que con apetito voraz se vuelven los colmillos del estatismo, aquellas que legitiman la gran usurpación de funciones, libertades y recursos y que como efecto colateral dan vida al sistema que provocan hundirnos cada vez más profundo en el pozo, deben ser derogadas cuanto antes. Desde la mismísima Constitución Política de la República de Guatemala, hasta el más “ingrato y aparentemente insignificante” de los reglamentos estatistas.
Toda normativa legal, que sea injusta, es decir: dirigida a un grupo específico de la sociedad, poco clara e inentendible para los ciudadanos, fortuita/casuística, derivada de un hecho aislado en particular e inmoral en cuanto a su propósito último, que es el de legislar sobre una esfera en donde el gobierno no debería estar metido, constituye una ley mala. Ahora bien el proceso para su respectiva erradicación es eminentemente político.
Nada lograremos a través de los plantones o de las marchas a las cuales eventualmente se nos invita a participar. De esa politiquería de calle, que es propia de las izquierdas, únicamente queda el cansancio. Nada trascendental ni positivo para nuestro país ha resultado del rejunte en la plaza, de las movilizaciones, ni de los gritos de protesta…¿O acaso creen ustedes que a Pérez Molina lo sacaron los gritos de la gente en aquel septiembre de 2015?

Pancarta en manifestaciones, Guatemala 2015 (tomado de nodal . am)
Ni con desayunos de oración, ni con más lucha mediática, ni mucho menos con más amparos o recursos legales para tratar de frenar el avance de nuestros adversarios Guatemala se convertirá en potencia. ¡No más estimados amigos!!! Porque ni con plegarias sin acción, ni con likes, ni con judicialización política (Lawfare), vamos a componer este desastre. Estos tres cursos de acción, particularmente el último de ellos, son empleados sin ninguna repercusión positiva, por los exponentes de eso que los fusionista señalamos como “la derech mala”, una facción de derecha que sueña con traerse abajo al gobierno de Bernardo Arévalo, pero eso tampoco es lo que esté país precisa para mejorar.
Lo que Guatemala necesita es una transición urgente al capitalismo liberal y eso solo se logra a través de un proceso pacifico y civilizado, dirigido por un partido político comprometido con un proyecto de país verdaderamente reformista.
¿Reformista? Sí, nuestro país, hoy en el pozo, condenado a sufrir las consecuencias derivadas de las acciones de quienes lo han querido mantener allí, necesita reformas muy profundas. Un proyecto político tan ambicioso, como jamás se ha visto en estas latitudes. Pero, es preciso advertir que aquellas reformas que a Guatemala le urgen, no son las que hoy ofrece el oficialismo de Bernardo Arévalo, no son las que ofrecen los actores de la mala oposición, ni mucho menos aquellas que tienen resonancia desde los tanques de pensamiento y medios de comunicación socialistoides, cuyo efecto colateral, muchas veces ignorado, no es el rescate de Guatemala, sino más bien su consecuente hundimiento en el pozo, cada vez llevándonos más al fondo.
La solución, nuestra salida del pozo…no es otra más que el Proyecto de La Gran Devolución, que se concreta a través de la derogación de las leyes malas y la aplicación de las 5 Grandes Reformas auténticamente liberales. No es soberbia ni arrogancia, sino más bien, un profundo acto de honestidad, el señalar que somos los únicos que tenemos clara cuál es la solución que se debe aplicar para salvar a Guatemala.
¿Qué debemos hacer entonces para salir del pozo en el que estamos? Veamos:
Paso #1 Rescatar la soberanía nacional. Muchas de las leyes malas que hoy nos oprimen ni siquiera nacieron en territorio chapín, véase el Código del Trabajo y sus reglamentos (Decreto número 1441) fue importado desde la OIT, o la Ley de Educación Nacional (Decreto 12-91), afilada desde del pensamiento marxista de la UNESCO…en fin, las leyes que hoy acusamos como la causa de nuestros males tienen receta extranjera. ¿Cómo recuperamos nuestra soberanía? Mediante la rescisión, parcial o total, de todo convenio, pacto, protocolo o tratado que someta, mediante leyes nacionales, a los individuos y familias guatemaltecas. Esto supone tomar distancia de aquellas entidades u organismos supranacionales que imponen en sus dos vertientes el marxismo: la versión clásica y la cultural. Entre estos encontramos: la ONU, el FMI y el BM. Porque, mientras el Sistema de Naciones Unidas desarrolle la práctica de un gobierno ilimitado mundial, no conviene seguir su recetario de políticas públicas, sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) contenidos en la Agenda 20230, hoy Agenda 20245, ni nada que se le parezca.
El artículo 46 de la Constitución Política de Guatemala nos obliga a someternos al mandato globalista y no al mandato nacional. ¡Debemos tomar distancia!
Para ello es necesario gozar de una élite de pensadores políticos verdaderamente patrióticos, que atiendan a la necesidad de dejar de comportarse como borregos amaestrados obedeciendo ciegamente las instrucciones dictadas desde Nueva York (sede de ONU).
Una vez habiendo tomado distancia de las entidades supranacionales viene el Paso #2, la Derogación de las Leyes Malas.
A través de un proceso político desde el Congreso de la República es necesario llevar a cabo un acto derogatorio total de cada una de las normativas que atentan contra las esferas privadas de las familias guatemaltecas. Desde el Partido Fusionista hemos estado identificando cada una de estas leyes y las hemos estado clasificando a través de un catálogo de “leyes malas”, el cual invitamos a que después de este evento pueden visitar en nuestro sitio web. Desde allí podrán tener un panorama más claro de las 10 categorías y más de 50 subcategorías de leyes malas que componen nuestro ordenamiento jurídico. Es importante destacar el exhaustivo trabajo de la Secretaria General y la Secretaria de Estrategia en su labor de identificar todas esas leyes malas, ya que bajo el sistema estatista es una labor constante que amerita cierta periodicidad.
Los buenos políticos fusionistas damos prioridad a la necesidad de derogar las leyes malas, antes de ponernos a pensar en qué leyes deberíamos de crear, ya que como bien llegó a señalar el trigésimo presidente de los Estados Unidos de América; Calvin Coolidge: “Es más importante matar las leyes malas, que aprobar las buenas”.
Hoy en día los politiqueros que nos gobiernan están más concentrados en legislar una cantidad impresionante de leyes malas, no importando cuán estúpidas sean (como la ley silla iniciativa 6412). Es momento de pensar en clave de calidad antes que cantidad.
El paso #3 es la aplicación de nuestras 5 Reformas; aquí la oferta del partido fusionista, un proyecto de país que más que ser un programa de gobierno, es un programa de transición al capitalismo liberal, el capitalismo que es para todos nosotros.

Para salir del pozo en el que nos encontramos es necesaria una Reforma Política: para poner al gobierno en su lugar a cargo única y exclusivamente de sus tres funciones propias y naturales: la seguridad, la justicia y las obras públicas de infraestructura física. Esta primera reforma responde al principio de gobierno limitado, punto cardinal de la doctrina del Liberalismo Clásico. ¿Qué implicaciones tiene? En primera instancia el dejar en pie solo 7 de los 14 ministerios hoy existentes, para desempeñar únicamente las funciones que le son propias al gobierno (Gobernación/Interior, Defensa, Relaciones Exteriores, Finanzas/Hacienda, Infraestructura, el Ministerio de Ayuda Social Temporal y el Ministerio de Justicia), Esto implica el cierre total de los ministerios de (Educación, Atención Médica y Asistencia Social, Alimentación, Ganadería, Agricultura, Ambiente y recursos naturales, Economía, Minas, Cultura y deportes y el Ministerio de Trabajo), reduciendo burocracia, pero más importante aún, enfocando al gobierno en lo único que puede y por lo tanto lo único que debe hacer. Esto entendido bajo un ordenamiento federal donde tanto municipios como departamentos gocen de verdadera autonomía: legal, para legislar sus propias normas en el marco de una Constitución Nacional; funcional, desempeñando sus tres funciones naturales; y fiscal, recaudando sus propios tributos para invertirlos en su propia jurisdicción (que no es lo mismo que nos intentan vender hoy a través de la triada de leyes municipales estatistas: Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural (Decreto 11-2002) bajo la cual se regulan los COCODES, el Código Municipal (Decreto 12-2002) y la Ley General de Descentralización (Decreto 14-2002).
Los gobiernos en los municipios, departamentos y a nivel nacional pueden funcionar, si estos son limitados y desempeñan sus funciones naturales con base en una recaudación justa. Por ello dentro de esta primer reforma también proponemos cambiar el modelo tributario de Guatemala, eliminando decenas de impuestos injustos e inmorales como el ISO, ISR,IUSI, e implementando el Impuesto de las 3U: único, universal y uniforme (sin privilegios para nadie) un solo tributo de no más del 10%, a ser pagado a través de tesorerías municipales con la implementación de un sistema de cuotas porcentuales entre gobiernos municipales, departamental y nacional (invirtiendo el orden de como funciona hoy en día la recaudación centralizada a través de la SAT (la cual debemos cerrar) ya que bajo su lógica de inquisición fiscal, no ha dado ni dará nunca ningún resultado positivo para la sociedad guatemalteca.
Hasta este punto debe entenderse que la reforma política se alinea con esa sana política pública de derecha, de desregular el aparato estatal, eliminando obstáculos, que le impiden al gobierno ser efectivo en aquellas atribuciones para las que el gobierno existe y que le impiden al ciudadano ser verdaderamente libre. Dicha desregulación debe alcanzar también a la esfera político-partidaria. Debemos desregular y acabar con la intervención en los partidos políticos.
Los partidos políticos son a la esfera política, lo que las empresas son a la esfera económica. Dentro de la lógica de mercado, tanto partidos, como empresas, son oferentes de soluciones a las demandas ciudadanas, cada una de estas instituciones debe ser liberada de la intromisión estatal, por ello debemos derogar también todos infames artículos legales que regulan a los partidos políticos, consagrados en el Decreto 1-85, ya que dentro del sistema de gobierno se debe liberar la competencia de actores políticos. Sin pretender regular el financiamiento, propaganda, ni la organización dentro de las agrupaciones partidarias. Privatizando los partidos políticos, bajo el modelo de gobierno limitado, se reduce drásticamente la innumerable cantidad de incentivos perversos que lleva a la degeneración y perversión del ejercicio político.
La Reforma #2 en Economía y Finanzas, responde al segundo principio de la doctrina liberal clásica, el de los mercados realmente libres. A través de un ejercicio aperturista con un enfoque verdaderamente capitalista, ofrecemos la transición al sistema de libre comercio, desregulando, privatizando y abriendo los mercados a la libre competencia. ¿Qué tipo de mercados? ¡¡¡TODOS!!! Sin privilegios para nadie. Hay que liberar los mercados de la violencia, de los privilegios y de los fraudes, eliminando todas las barreras legales que impiden la competencia real. Nótese que esta reforma es totalmente diferente a la del Arevalismo 2.0, aquella que en el discurso vendía la idea de mejorar la competencia de las empresas en mercados a través de una Ley de “Competencia” (Decreto 32-2024), pero cuyo fin último es el de regular y restringir aún más a los mercados.
Privatizar, desregular y abrir los mercados a la libre competencia implica el cierre de las aduanas, acabar con un modelo de planificación centralizada de la economía, terminar con la mala práctica de pretender dirigir políticas sectoriales que beneficien a ciertos grupos de interés en detrimento del resto y acabar con la tramitología excesiva que constituye una cultura de permiso bajo la cual hoy por hoy se sostiene la impráctica burocracia que limita el desarrollo de los guatemaltecos. ¿Cuánto nos limita? Según el Índice de Burocracia 2025 publicado recientemente por el CIEN, Guatemala ocupa el puesto #15 de 22 países evaluados, ponderado así ya que la burocracia en Guatemala, representa para los guatemaltecos una barrera de más/menos 90 días para poder abrir una empresa.
Dentro de la reforma #2, los fusionistas planteamos dos políticas en el orden económico totalmente diferentes a las habituales:
Primero: nuestro mejor plan social (El Retorno al Patrón Oro Clásico) un modelo de respaldo metálico para nuestra moneda, ¿Respaldada en qué? En oro, ese bien metálico que durante años sirvió como moneda de cambio y respaldo de las grandes economías del mundo, que en lugar de devaluarse, se aprecia y hoy en día se encuentra valorado en máximos históricos. El respaldo en oro es la alternativa al patrón fiduciario que por el contrario…entre más pasa el tiempo, derivado de la emisión monetaria (esa mala práctica política) pierde su valor y provoca que las personas perdamos poder adquisitivo, es decir poder de compra.
Hoy en día nuestros bolsillos están llenos de muchos papelitos de colores con rostros impresos de personajes emblemáticos de nuestra historia, pero que debido a la discrecionalidad de la clase política, que inconsciente o malintencionadamente, ha promovido la emisión monetaria, junto con la compra de dólares, pierden su valor todos los días.

Debemos respaldar el Quetzal en oro, y en materia de banca, debemos recordar que el gobierno no está para emitir papelitos de colores, administrar o jinetear nuestros ahorros, ni mucho menos, para dar créditos a nadie…por lo que el cierre del Banguat como Banco Central y del Crédito Hipotecario Nacional (CHN) es urgentemente necesario. Transitando pues entonces a un sistema de banca totalmente privada bajo un modelo operativo de reserva al 100%, derogando la ley de encaje legal y la ley de bancos y grupos financieros. Veremos como nuestro dinero recupera valor y nuestros ahorros se protegen de verdad a través de la banca privada (desregulada obviamente).
Dentro de esta segunda reforma también planteamos la devolución de la propiedad privada en cuanto a la tierra para los guatemaltecos, pero no solo la capa arable del suelo, sino también del subsuelo, para que los ciudadanos trabajen, exploten, usen y disfruten todos los recursos económicos de origen natural que hoy tienen bajo sus pies, pero que le pertenecen al gobierno según el Art 121 de la Constitución Política de la República…¡Deróguese!
Como bien reza el derecho anglosajón: la propiedad del hombre es hasta los infiernos y hasta el cielo…
Por último nuestras tres reformas sociales, en educación, atención médica y sistema pensional…¿Qué proponemos para estas esferas sociales tan importantes? Devolverlas ¿A quiénes? A sus agentes naturales; la educación a los buenos docentes, maestros y profesores, la atención médica a los doctores y enfermeros y las jubilaciones a los administradores de cajas de pensiones y médicos del IGSS.
A través del modelo de Dación en Pago por Obligaciones Pendientes, proponemos otorgar en calidad de propiedad privada la infraestructura de escuelas y centros educativos estatales, hospitales públicos e instalaciones y hospitales del IGSS a sus operadores actuales, a cambio del pasivo laboral que el Estado les debe y que nunca pagará. Básicamente una privatización total de esas esferas hoy usurpadas por el gobierno. Eso por el lado de la oferta de dichos servicios y para la demanda, como somos conscientes de las condiciones de miseria a consecuencia de tantos años de estatismo, proponemos una serie de vouchers, bonos o cupones temporales, que sirvan para que los más pobres puedan atenderse, mientras dura el proceso de transición al capitalismo, el cual amparado en la aplicación de estas 5 Reformas en conjunto y simultáneamente, va a generar un shock económico de crecimiento masivo con deflación, lo que va permitir que en nuestro país haya desarrollo y prosperidad de verdad para las familias.
Así de disruptivas, así de radicales son las soluciones que van a permitir sacar a nuestro país del pozo, pero para concretarlas es necesario del concurso de muchísimos guatemaltecos valiente, (que como ustedes), estén dispuestos a conocerlas, estudiarlas, defenderlas y cuando llegué el momento, aplicarlas y profundizarlas a través de la acción política civilizada.
En el Partido Fusionista estamos dispuestos a trabajar arduamente por enseñar, inspirar y comprometer a los guatemaltecos de bien con la causa de transitar a este país al sistema de gobierno limitado con capitalismo liberal para todos. No importa cuánto tiempo nos lleve el rescatar a Guatemala del pozo, estamos convencidos que es importante hacerlo y empezar ya, estamos convencidos que esta es la solución que el país necesita para salir adelante, estamos convencidos, que aún y cuando no sea en nuestro tiempo, todo nuestro trabajo y esfuerzo algún día dará sus frutos y quizás sean las futuras generaciones quienes completen el proyecto que nosotros hemos comenzado.
A lo largo de este discurso he generado algunas interrogantes a las que yo mismo he respondido…pero ahora hago una que les compete responder: ¿Están ustedes dispuestos a ayudarnos a rescatar y sacar a Guatemala del pozo?
De ser así los invito a que sigamos avanzando juntos, con Dios y con la Verdad por delante.



Comentarios