¿CÓMO SACAR A GUATEMALA DEL POZO?
- Jorge David Chapas

- hace 5 días
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Tercer discurso en Evento Político ¿Qué hacer y qué no hacer para sacar a Guatemala del pozo? - Ciudad de Guatemala, 12 de noviembre de 2025
Por Jorge Chapas
Buenas noches estimados amigos, familias y guatemaltecos de bien. Reitero nuestro agradecimiento por su asistencia el día de hoy…sabemos cuán difícil es atender a un evento de esta naturaleza: político, partidario y, como vienen escuchando, disruptivo, radical y diferente.
[A lo largo de mi discurso resonarán varias preguntas… son preguntas retóricas que buscan motivar la reflexión y el discernimiento, pero sobre todo inspirar la acción].
Hemos ya escuchado de Leslie la descripción del “pozo”, el verdadero problema que enfrentamos los guatemaltecos y nuestras familias. El problema, permítaseme insistir, no sólo se circunscribe a una crisis de naturaleza política y de ámbito local. Es más grave: alcanza a todo el Occidente y es de proporciones religiosas o espirituales, morales y cognitivas. ¡Que no nos sorprenda pues lo difícil que es salir del pozo!
¡De ahí que debemos tener mucha lucidez, sabiduría y coraje para admitir la verdad, o sea, la realidad!
Partiendo de la realidad, Gabriel nos ha informado luego sobre lo que “hay que hacer y lo que no, para salir del pozo”, para revertir el estado actual de cosas...un estado que nosotros hemos definido como “entropía social”, o sea, desorden progresivo, continuo y acelerado.
Ahora yo tendré la oportunidad de persuadirlos sobre el “cómo”. De hecho, tal vez antes sea necesario responder a la pregunta: ¿Realmente es posible sacar a Guatemala del pozo, de este abismo en el que se encuentra?
De ser posible, ¿Cómo debemos hacerlo? Porque seguramente hay muchos caminos, pero “la puerta es estrecha y el camino angosto”. ¡Y no bastan las buenas intenciones, porque la gente racional sabe que de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno!
Para responder a la primera pregunta, permítaseme recordar dos hitos de la historia, uno antiguo y otro moderno. La España de las Tres Culturas, aquella en la que coexistieron pacíficamente durante cerca de 800 años las comunidades cristianas, judías y musulmanas.
Aquella España, la del s. XIII en particular, liderada por hombres como el cristiano Rey Alfonso X, el Sabio, logró superar las inquebrantables diferencias religiosas y establecer un sistema político que derivó en progreso económico y florecimiento cultural a la vez. Aquel florecimiento generalizado fue la consecuencia natural de un orden legal basado en el principio bíblico de Gobierno limitado. “Se trata de las Siete Partidas, redactadas entre 1256 y 1265, y de las que se ha llegado a decir que son, por su calidad y trascendencia interna y externa, equiparables en el mundo del Derecho a lo que fue la obra de Santo Tomás de Aquino para la teología”.
Como enseña el Profesor Alberto Mansueti en su obra La Salida: “Esa fue la España de “las tres religiones” […] la de la Escuela de Traductores de Toledo y la Escuela de Salamanca. La España rica. Llegó a “gran potencia”, pero a sus dirigentes se les subió el poder a la cabeza. Y se alejaron de la fórmula. Así comenzó la decadencia española, con todas sus terribles consecuencias. Esa fue la España que descubre el Nuevo Mundo, [que nos descubre], aunque país militarmente activo, ya estaba en decadencia, y profunda”.
Algunos me dirán: “pero eso era una monarquía…”. Ciertamente, el caso lo debemos observar en su debido contexto histórico, sin pretender por ello sugerir una “monarquía”, ni aún una “monarquía parlamentaria”. O incluso, lo que hoy muchos anhelan: un “sabio” autoritarismo. Aquí cerca tenemos a Bukele, un populista punitivo y conservador estatista que, gradual y progresivamente, se viene enquistando en el poder de forma autoritaria y absoluta. ¡Ese es otro claro ejemplo de lo que NO hay que hacer!

Nayib Bukele, presidente de El Salvador.
Tampoco podemos llegar a sugerir la preeminencia de un gobernante nominalmente cristiano, pues en nuestro caso ya tuvimos al menos dos: Efraín Ríos Mont y Jorge Serrano Elías. Ambos se preciaron de ser cristianos y, ¿hubo algún cambio sustancial bajo su mandato? ¿Aplicaron las enseñanzas bíblicas a la política y la economía?
“No tomar el nombre de Dios en vano” es segundo mandamiento y la peor forma de tomar el nombre de Dios en vano es cuando los politiqueros, conservadores principalmente, lo toman como pretexto para expandir su poder y/o abusar de él, alentados siempre, como dice el Profe Mansueti, “por una gruesa cohorte de sacerdotes, obispos, pastores y teólogos complacientes”. En tal sentido vale la máxima de Lutero: “En el trono del príncipe es preferible un turco competente que un cristiano impreparado”.
Lo destacable en este caso es el “orden legal” y su Principio bíblico subyacente: el Gobierno limitado. Es en las leyes donde debemos poner el énfasis del análisis, la propuesta y la acción; y entender que si estas son justas, generales, abstractas, pocas y bien escritas, aún siendo una sociedad plural en términos de cosmovisiones religiosas, podemos tener progreso económico y florecimiento humano.
Bien, podría ahora citar el ejemplo de Holanda, Suiza, Inglaterra y Estados Unidos como casos análogos y muy ilustrativos. Pero aquellos hitos ya distan mucho en la línea del tiempo. Veamos mejor el caso más reciente y paradigmático: China.
China es un país capitalista, aunque incluso su clase política, por estrategia, no lo admita públicamente. Ciertamente no hay multipartidismo ni sufragio universal cada 4 o 5 años, como en Occidente, pero sí una democracia limitada ejercida a lo interno de un único partido: por ejemplo, entre 2021 y 2022 2,6 millones de diputados fueron electos por 921 millones de votantes, todos, claro, afiliados al Partido Comunista Chino.
En China lo que hay es capitalismo de partido único, pero “¿Cómo China se volvió capitalista?” –título de una de las últimas obras del economista Ronald Coase y del profesor en estudios globales Ning Wang. China se volvió capitalista gracias al fuerte liderazgo de Deng Xiaoping, quien desde 1979, cuando visitara Singapur y a su reformador, Lee Kuan Yew, dispuso impulsar reformas aperturistas. Las “cuatro modernizaciones” y lo que Coase/Wang llaman “revoluciones al margen”, tales como la agricultura privada, una amplia descentralización y las zonas económicas especiales, fueron las fuerzas catalizadoras que impulsaron el inaudito crecimiento económico de China, el cual, 20 años después, terminó sacando de la miseria a más de 800 millones de chinos.

Raffles City, propiedad de CapitaLand. Hangzhou, China.
Hoy China se ha convertido ya en la primera potencia mundial, medida por la paridad de poder de compra, pero desconcierta a la vasta mayoría, porque lo ha hecho bajo un sistema de partido único, con facciones ideológicas internas, un fuerte liderazgo, sin sufragio universal y con rasgos casi imperceptibles de una democracia limitada. ¿Debemos entonces imitar a China? Desde luego que sí, si queremos sacar a millones de la pobreza, tener seguridad e infraestructuras de primer mundo, pero siendo conscientes de nuestro contexto cultural, histórico y político.
¿Cómo entonces para sacar a Guatemala del pozo? –volvamos a preguntarnos– Respuesta corta: siguiendo los 8 pasos de nuestra Hoja de Ruta, mismos que siguieron los países para transitar al capitalismo liberal de forma exitosa. La transitología es el estudio multidisciplinario de los procesos de transición desde el colectivismo y el estatismo al capitalismo liberal y democrático. ¡50 Casos en 40 países por más de 3 décadas nos marcan la ruta! Veamos:

Nuestra Hoja de Ruta.
Paso 1: Bases … ideológicas, programáticas, estratégicas y tácticas. A este fin desde 2013 impulsamos el Centro de Liberalismo Clásico, el Foro Liberal de América Latina, la Academia Cristiana de Ciencias Políticas y movimientos 5R en América Latina. ¡Y en bloque, a nivel regional, como hicieron las izquierdas desde 1864 cuando Marx fundara la Asociación Internacional de Trabajadores o Primera Internacional! Pero hoy, las nuestras, son iniciativas inoperantes, pues no tenemos liderazgos liberales que puedan impulsarlas, ni recursos para sostener su operación básica. ¿Es posible la transición sin estas iniciativas produciendo munición teórica, estratégica y táctica; y develando cómo a todo “milagro económico siempre precede un milagro político?
Paso 2: La incubadora. Se refiere concretamente al “crecimiento y desarrollo” de liderazgos, grupos, movimientos y partidos legalmente reconocidos, pero tampoco hemos logrado mucho. En el mejor de los casos (Guatemala) somos pequeños grupos de personas haciendo lo que podemos con lo que tenemos. Partidos legalmente reconocidos no tenemos. Fusionista lo intentó en 2021 y no pudimos, ya que el sistema de partidos políticos supone enormes y costosos obstáculos. O tienes mucha plata para superarlos legalmente o los burlas abiertamente y te arriesgas a ser encausado legalmente. Nosotros no tuvimos lo primero y no quisimos arriesgarnos a lo segundo. ¿Es posible la transición en ausencia de un vehículo político?
Paso 3: Método F.O.P.R.A. Es un acróstico que se refiere a la formación, organización, propaganda, recaudación de fondos y acción política. Hoy en día Fusionista está reducida a la “P” de “propaganda”, y muy limitada. Ahondaré en este método más adelante.
Paso 4: Hitos en el camino. Formado un idóneo y potente partido político, con sus bases territoriales e institucionales, será necesario superar algunos hitos en el camino, a saber: 1) Tener operadores políticos eficaces, 2) crecimiento, desarrollo y visibilidad, 3) piso de una masa crítica de opinión, 4) apoyos estratégicos, 5) presencia en la agenda pública, 6) influencia en el cuadro político y, 7) capacidad de movilización y presión. ¿Tenemos siquiera algo de esto a la fecha?
Paso 5: Campaña nacional de opinión para una consulta popular. Ya en el poder, proponemos medir el grado de penetración del mensaje: los valores, políticas públicas y reformas liberales. Conocer la opinión pública será imprescindible previo al paso siguiente:
Paso 6: Derogación de las leyes malas. Consiste básicamente en el trabajo legislativo de derogar las leyes malas, descritas en nuestro Catálogo de Leyes Malas. ¡Invitados a conocerlo en nuestra web: fusionista.gt! Empezando por la mismísima Constitución, pero en Guatemala (y en toda América latina) todo mundo huye de esta discusión, menos los socialistas ambiciosos, que son muchos, y quieren modificar la Constitución, no para moderarla obviamente, sino para radicalizar más el socialismo. ¿Por qué desde las derechas no tenemos el coraje de hablar del cambio constitucional?
Paso 7: La Gran Devolución. Es la rescisión parcial o total de acuerdos, protocolos y tratados internacionales, así como la aplicación de las 5 Reformas liberales ya descritas bien por Gabriel.
Paso 8: Las reformas particulares. Es el último paso y no corresponde a la clase política sino a los ciudadanos. Son las mejoras personales y familiares que quisiéramos hacer hoy, pero bajo el estatismo, no podemos.
Esta es nuestra Hoja de Ruta institucional y aunque hoy no podemos avanzar más allá del paso #2 o #3, los Fusionistas comprometidos trabajamos en el Método F.O.P.R.A. con lo que tenemos. Veamos:
Formación política. “Saber qué hay que hacer” es hoy imprescindible. Pero ya muy pocos saben y, lo que es peor: pocos, casi nadie quiere saber o aprender. Nuestros cursos y espacios de formación están faltos de interesados y participantes. ¿Por qué? Por dos razones fundamentalmente: 1) la condición Éxodo 5, o condición de permanente falta de tiempo que nos endosa el estatismo con sus largas jornadas laborales, tráfico insoportable, opresión fiscal y restricciones económicas. 2) Falta de interés: la gente prefiere estudiar o emprender un pequeño negocio, sin advertir que el sistema estatista pronto se encargará de romper aquellos sueños. Una vasta mayoría de gente NO quiere aprender, porque cree que sabe, mucho menos “encuadrarse” en un partido político y hacer siquiera un mínimo esfuerzo. ¿Es posible entonces que haya gente competente para formar liderazgos, cuadros medios y bases en un partido político?
Organización. Un partido político implica reclutamiento, pero la histeria anticorrupción, el lawfare o judicialización de la política y la politización de la justicia aleja a la gente normal de la política y los partidos, no habiendo gente para reclutar. Sin embargo veo cómo el otrora Movimiento Semilla, hoy Raíces, lanza sendas jornadas de adhesión en parques y salones. ¿Por qué la gente llega y adhiere? Porque están adoctrinados en el socialismo y el progresismo, se han tragado la mentira de la igualdad de oportunidades, la justicia social, el bien común mal entendido y la redistribución de la riqueza. Además, un partido exige algo de “encuadramiento, rango y disciplina”, nuestra fórmula ERD, pero tal parece que ni la disciplina, ni la humildad, ni la obediencia voluntaria son atributos o valores de los guatemaltecos. Es más bien la soberbia, la altivez y el narcisismo –motivado en parte por la hegemonía de las redes sociales y las patologías que suelen aparecer con ellas–, pero también la pereza y la insubordinación son el pan de cada día. ¿Se puede organizar y hacer crecer un partido político serio, idóneo y completo bajo estas circunstancias?
Propaganda. Un partido político y la política es, en esencia, comunicación, discurso, retórica; es propaganda y posicionamiento mediático. Pero en Guatemala, la Ley electoral y “contra” los partidos políticos “prohíbe y limita” la comunicación permanente de voceros, líderes y partidos políticos. ¡Es una regulación absurda y abusiva, pues restringe nuestras libertades civiles! Con ella encima, un proyecto como el nuestro, disruptivo, radical y diferente, se hace muy cuesta arriba. Y aunque hoy en día las redes sociales son un espacio relativamente accesible, la cantidad oceánica de “influencers”, los “temitas” de la politiquería y contenido basura hegemónico impide que seamos visibles, siquiera testimoniales. Ninguno de nuestros más de 100 videos bajo la campaña “Gobierno a la sombra” alcanza siquiera las 500 vistas. ¿Y “Likes”? Cuando nos va bien un par de decenas. Con estos números, ¿realmente creen que es posible ser visibles e influyentes en la opinión pública, al menos para desmentir los embustes de izquierdas y derechas malas?
Recursos políticos. La “R” de nuestro Método F.O.P.R.A. significa, realmente, “recaudación de fondos”, pero venimos advirtiendo que, además de recursos económicos, que no tenemos en cantidad suficiente, necesitamos también de otros recursos políticos: humanos, materiales, simbólicos, organizativos, legales, cognitivos e institucionales. Recientemente nos atrevimos a hacer una evaluación de nuestros RR.PP. y advertimos que de 800 puntos posibles, alcanzamos apenas 200, representados en recursos simbólicos –esto es discurso, símbolos, valores, marca– y recursos cognitivos –es decir, conocimiento técnico, principios, proyecto, programa y plan. No obstante, 2025 fue un año de intensa campaña de recaudación de fondos y gracias a ello logramos comprometer a 27 donantes regulares. Con ellos logramos salir de la condición de déficit permanente y ahora, si bien tenemos algunos ingresos mensuales, gracias a ellos, ¿realmente creen que es posible impulsar un proyecto de país como el nuestro con Q10,000/mes?
Acción política. Es la última letra del acróstico. Nuestra acción política podría dividirse en tres grandes etapas o procesos: 1) pre-transición, 2) durante la transición, 3) post-transición. Obviamente estamos en la etapa 1 y por ahora nuestra acción política se limita a la actividad de comunicación y propaganda. No podemos hacer más. Eventualmente tenemos alguna reunión con interesados; empresarios, políticos, conservadores, son algunos de nuestros interlocutores. Cuando exponemos el proyecto la respuesta habitual es: “Eso es lo ideal, pero es prácticamente imposible…”. Mienten, porque ni siquiera están convencidos de que sea lo ideal. Lo cierto es que rechazan la Verdad, no aceptan la realidad y prefieren construir castillos en el aire, aplicando las soluciones fracasadas ya explicadas por Gabriel.
El rechazar la verdad es algo muy serio: en Romanos 2, se lee: “Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad recibirán ira y enojo de Dios”.
“La mentira goza de grandes ventajas frente a la verdad: crece rápido, se repite mil veces y se difunde velozmente. En cambio, la verdad requiere investigación, estudio de los hechos y realidades” enseña el Profesor Mansueti. La gente que vive en zona de confort (clases medias y altas) no tiene interés ni voluntad para dedicar tiempo a la investigación y el estudio, están muy cómodos. Y la gente que vive en zona de sobrevivencia (clases bajas o trabajadoras) no tiene la fuerza del intelecto ni recursos, además de estar capturada por el paternalismo dependiente de los programas sociales.
Con todo esto, que no nos extrañe que no avancemos estimados amigos. Si aún no tenemos un partido legalmente reconocido, si aún no movemos la opinión pública como lo hace Agustín Laje o Gloria Álvarez, si aún no tenemos liderazgos territoriales en los 22 departamentos y 340 municipios, si aún no llenamos siquiera auditoriums pequeños como este, si no logramos tantos “Likes” y “Vistas” en nuestros videos, por favor, no nos culpe a nosotros. Pregúntese: ¿no será el problema esa vasta mayoría de personas que está allá afuera…capturada por el sistema, de una u otra manera, incapaz de poder ver el camino de salida del pozo?
Para que haya un cambio real y de verdad, ha de haber ciertas condiciones objetivas, realidades, más allá de las fantasías, ilusiones, esperanzas vanas y buenos deseos piadosos. Entre esas condiciones objetivas, ausentes en Guatemala y en toda Latamérica, la principal es 1) un número suficiente de "masa crítica" o impulsores de ese cambio, 2) con un Programa de Transformación completo y coherente, y con poder e influencia suficiente para hacerlo realidad, 3) con líderes de cúpula, medios y de base, preparados, bien informados y mejor formados, ... 4) y no sólo en el Poder Ejecutivo sino distribuidos estratégicamente en el Congreso, la justicia, la prensa, los poderes regionales y locales, artes y espectáculos de entretenimiento, deporte, las iglesias ... etc. etc. Pregunto, ¿existen estas condiciones?
Esa condición no la hay en Guatemala, ni en país alguno de Latamérica y probablemente de Occidente. Y sin esa condición, como se comprueba en Argentina con el caso Milei, todo se queda en bla bla bla bla…
¿Por qué no hacemos masa crítica los Fusionistas? Porque la inmensa mayoría de la gente toma por "señal" lo que es ruido. En la teoría de la comunicación, una "señal" es información relevante y significativa, mientras que el "ruido" es una interferencia o información irrelevante. La relación señal-ruido (SNR o S/N) es la proporción de la potencia de una señal deseada (información útil) con respecto a la potencia del ruido de fondo (información indeseada). Un valor alto indica que la señal es más fuerte y clara que el ruido. Un valor bajo indica que la señal se pierde en medio del ruido, como es en Latamérica y Occidente hoy en día.
Una persona con falta de conocimiento confunde la señal con el ruido. Por falta de discernimiento, el ignorante, al no tener el criterio o el conocimiento para distinguir lo importante de lo trivial, se enfoca en el ruido que se transmite y retransmite por todos los canales, desde la prensa a las redes sociales, pasando por las organizaciones, grupos informales y "cámaras de eco". Puro ruido, griterío, información superficial, sensacionalista, odio, drama innecesario, etc., mientras que ignora el verdadero fondo y causas (próximas y remotas) del asunto. ¡El ruido es un arma de destrucción masiva!
Unas reflexiones sobre nuestros adversarios y nuestros enemigos. Nuestros adversarios son, claramente, las izquierdas, de todo pelaje. Ya sabemos que las hay moderadas o progresistas, radicales o violentas, socialdemócratas o anarquistas. Sabemos de ellas también que son incongruentes y mentirosas, irracionales y excesivamente populistas y sensacionalistas. Ello no nos debe sorprender, así son y con ello debemos aprender a coexistir.
Pero sobre las derechas malas, malas por estatistas y mercantilistas, reaccionarias, revanchistas, incongruentes, odiadoras, sionistas, cuasi-fascistas y violentas, esas derechas malas son nuestro principal enemigo. Sí, sabemos que es una afirmación delicada, porque en muchos de esos grupos y personas tenemos amigos y conocidos. Son enemigos políticamente hablando, claramente, no enemigos a título personal.
La izquierda es mala por naturaleza, mientras que la derecha es buena por naturaleza, pero puede degenerar. De ahí que es irracional exigir a las izquierdas que apliquen políticas públicas propias de la derecha. No está en su naturaleza. ¡Es como pedirle peras al olmo!
“Corruptio optimi pessima” es un adagio latino atribuido a San Gregorio Magno. Expresa claramente que “la corrupción de lo mejor es lo peor”, por eso, en política, las derechas malas son peor que las izquierdas, pues del mal nada bueno no podemos esperar, mientras que del bien sólo lo bueno deberíamos esperar.
Las derechas malas son nuestro verdadero enemigo porque obstruyen nuestro proyecto. Distraen a nuestros potenciales simpatizantes, adherentes, donantes y votantes. Inspiran actitudes, hábitos y comportamientos que no son propios de la “derecha buena”. Ignoran nuestra propuesta porque no les conviene o porque no tienen ambición de soluciones reales, completas y definitivas. ¡Viven de micro-ambiciones! Emplean medios que no son propios de la derecha, por ejemplo: las causas legales contra políticos de turno, para lo cual, se valen de instituciones públicas y personajes que fogonean la extrema polarización afectiva. O los plantones y marchas de plaza, de las cuales solo queda el cansancio.
Las izquierdas tienen una visión más realista y asertiva de la política, los partidos y la democracia. Y porque, enseña Mansueti en su última obra “Las derechas malas. Por qué las izquierdas mandan”, en modo socialista, saben “hacer bien el trabajo político, que siempre es en equipo, con esfuerzo perseverante y disciplina”. A la gente de derecha, por el contrario, “le disgusta la política, y mucho; prefiere los negocios, la profesión, el trabajo, la religión, el deporte, la música o las artes. Y desde luego pasar tiempo en familia; o no hacer nada simplemente: ocio, recreación. ¡Lo que sea menos política! (exclamación mía) [...] Por lo tanto carece de los valores para el trabajo en equipo, la perseverancia, el esfuerzo constante y la disciplina para los partidos. Esa carencia determina el triunfo de la izquierda y el fracaso de la derecha. Por eso las izquierdas mandan”.
¡Invitados, no obstante, todas las gentes que militan ingenua o conscientemente en esas derechas “malas”, todos aquellos conservadores y afines al libre mercado, a sumarse a la causa del cambio de sistema político y económico, a la causa de la transición al capitalismo liberal y democrático, mediante la política, los partidos y la democracia representativa!
Ahora unas palabras sobre las “trascendentales” elecciones de 2026. Que no te engañen, la elección de autoridades al Tribunal Supremo Electoral, Corte de Constitucionalidad, Ministerio Público y Contraloría General de Cuentas no son lo que parecen: algo trascendental para la vida política del país. No lo son porque nada cambiará si solo reemplazamos al piloto, y no el auto. Las leyes son el alma del sistema y si no cambiamos las leyes, aunque sean instituciones útiles y necesarias, sencillamente no funcionarán como deben.
Un “bucle” es, según el diccionario DRAE, un proceso que se repite indefinidamente. La elección de autoridades en estos y cualquier otra dependencia es un bucle politiquero, motivado esencialmente por la histeria anticorrupción, donde nos meten periódicamente izquierdas y derechas malas. No caigas en la trampa de poner excesiva atención; puedes estar informado, pero que ello no te distraiga de lo verdaderamente importante: ¡cambiar el sistema mediante privatizaciones masivas, desregulación a fondo y apertura total a los mercados, es decir, de nuestra propuesta para salir del pozo!
En cuanto a esa coyuntura venidera: Cristo nos dice en Mateo 24, 4: “Mirad que nadie os engañe”.
Finalmente, un mensaje para los cristianos:
Sociológicamente, las élites son minorías selectas e influyentes. Pueden ser buenas o malas. En Guatemala, como en toda Latamérica, prevalecen las élites que profundizan el estatismo en sus dos versiones: socialismo y mercantilismo crónicos. Así, políticos, empresarios, académicos, sacerdotes y pastores, medios de comunicación, artistas, profesionales y estudiantes, coadyuvan todos, directa o indirectamente, al estatismo, e impiden un régimen social basado en el orden, la justicia y las libertades, los tres valores de la derecha buena.
No obstante y a pesar del predominio de estas élites disfuncionales, existe, según las Escrituras, una porción o “resto fiel”, un remanente. La doctrina del “remanente” constituye la versión cristiana de la élite. El remanente es la porción de gente con la fuerza del intelecto y la fortaleza de carácter para “entrar por la puerta angosta y pasar por el camino estrecho”. El remanente fiel se apega a la verdad y no sigue la corriente mayoritaria de la distorsión, el ruido y la falsificación. ¡No pertenece a la masa!
Ahora bien, sólo dos cosas sabemos del Remanente: 1) que existe, y, 2) por insólito que parezca cuando se trata de política partidaria: que ellos nos encontrarán. No sabemos cuántos ni quiénes son. No sabemos siquiera dónde están. Esta visión cristiana de la sociedad y del proyecto de Dios para las naciones desafía nuestra fe y disipa la bruma que cae sobre nuestra esperanza en el futuro. Nos invita a preguntarnos: ¿tengo yo la fuerza del intelecto y la fortaleza de carácter para aferrarme al principio bíblico de Gobierno Limitado? ¿Pertenezco a la masa al mantener mi ignorancia, pasividad, indiferencia y pereza? ¿Me esfuerzo, siquiera un poco, en clave F.O.P.R.A., para que ese Remanente crezca, permanezca fiel y algún día se haga visible?
Amigos, sólo Dios sabe si algún día podremos sacar a Guatemala del pozo, o cuándo. Eso sí: nosotros somos los únicos que sabemos y queremos, aunque aún no podamos hacerlo. Lo que nos queda es buscar ser parte del remanente y aplicarnos a estas tres actitudes cristianas: 1) Mantener encendida la llama de la verdad, sin concesiones; 2) Ser crudamente realistas, o sea, sin hacerse falsas ilusiones y; 3) No desesperar.
¡Por una Guatemala potencia mundial, hacemos camino al andar, sin prisa pero sin pausa…con Dios y la Verdad por delante!
¡Muchas gracias enormes!



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