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Foto del escritorJorge David Chapas

“HECHA LE LEY, HECHA LA TRAMPA”

De las marchas solo queda el cansancio


Recientemente me encontré con una familia que se atrevió a emprender el negocio de una ferretería en un departamento del occidente del país, allá por el triángulo Ixil. Emprender en Guatemala siempre ha sido equivalente a un deporte extremo, en estos tiempos es prácticamente un suicidio.

Esta familia quiso llevar todo en orden, incluyendo los impuestos, como lo demanda su moral cristiana, pero no pudo. Cuando se dio cuenta que la mayoría de sus proveedores no facturaban vio que la declaración de sus impuestos vendría a matar el negocio. ¡Hecha la ley, hecha la trampa!


Millones de familias como esta se enfrentan ante el dilema que describió el diputado Bastiat: “Cuando la ley y la moral entran en contradicción, el ciudadano se encuentra ante la cruel disyuntiva de perder, ya sea el principio moral, ya sea el respeto de la ley, dos desgracias de similar magnitud entre las cuales es difícil escoger”.


El sistema, es decir, el conjunto de leyes malas que pone en esa contradicción a las familias guatemaltecas, se encuentra desacreditado. Según el profesor Alberto Mansueti tres fenómenos reflejan claramente que la gente ya no confía en el gobierno ni en el sistema: 1) la enorme evasión fiscal: 427 mil millones de dólares de impuestos se evaden en el mundo al año, 2) el abstencionismo electoral, el cual alcanza niveles de hasta el 60% en América Latina y, 3) la emigración.


Esto ofrece oportunidades comprometedoras para las élites cristianas, empresariales, académicas y estudiantiles que quieren un cambio verdadero, radical y completo. La vía inteligente de hacerlo es por medio de partidos políticos y no a través de marchas y plantones, pues de ello solo queda el cansancio. No caigamos en la trampa y seamos valientes. ¿Estás interesado en saber más? Conoce más de nuestro proyecto aquí

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