EL FANTASMA DE LA MENTALIDAD ANTICAPITALISTA RECORRE EL FÚTBOL
Emanuel es un joven mesero de un restaurante de la Ciudad de Guatemala. Hace poco, mientras almorzaba y veía allí el partido de la Champions entre el PSG y el Bayern Munich, Emanuel me dijo que en algún momento soñó con jugar en el equipo alemán, lo cual me sorprendió y de ahí comenzamos a platicar y compartir sueños, el mío fue jugar en el Manchester United.
Los grandes clubes son grandes y “ricos” porque inspiran a sus fans, porque tienen a los mejores jugadores del mundo y porque nos ofrecen semanalmente los mejores partidos. Eso es posible gracias a la inversión de capital, el cual sale del bolsillo de los socios y de los ingresos por concepto de derechos televisivos, entradas a los estadios, venta de promocionales y patrocinios. Los clubes de fútbol europeo no son entidades de beneficencia social, son empresas privadas y como tal buscan generar utilidades para mantenerse en el nivel de élite, ganando copas y atrayendo más fans.
Lamentablemente, el fútbol europeo opera bajo un sistema político y económico adverso: el estado de bienestar, o socialismo del tipo europeo. Este sistema obliga el sostenimiento de enormes burocracias, el cumplimiento de inútiles regulaciones y el pago de altísimos impuestos. Además, la UEFA en su calidad de gobierno supranacional, equivale a cobros extorsivos, privilegios y falta de transparencia. Y por si ello fuera poco, las políticas económicas adoptadas con el pretexto de la pandemia, agravaron el estado de quiebra de muchos clubes y de ahí la propuesta de la Superliga.
Para que el fútbol sea un deporte que inspire a jóvenes como Emanuel y nos invite a ser mejores personas, debemos abandonar esa mentalidad anticapitalista y entender que para que haya mejores partidos de fútbol, los clubes necesitan del capitalismo y de la función empresarial. Conoce más de nuestro proyecto aquí y descubre que unidos podemos transformar nuestra Guatemala
Comentários