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Cooperativismo


Noveno tiro al arco enemigo: cooperación social auténtica, libre y beneficiosa



Esta semana el argentino Di María le hizo un “caño” de lujo al brasileño Vinicius Jr. y este un “sombrerito”, también de genios, a un defensor argentino. No hubo goles en ese partido, pero sí una buena dosis de magia. Veamos si hoy podemos imitar estas jugadas con un tema importante para la creación de riqueza: el cooperativismo.


El “cooperativismo” como movimiento nace con el socialismo utópico. Su fundador, el galés Robert Owen, creía que para lograr el avance de la sociedad, se debía cooperar en fraternidad, sin tintes egoístas ni individualistas. Creía que nadie podía tener más que otro, por lo que habría que repartir los bienes en la comunidad. ¿Se oye muy bien verdad? ¡De ahí lo utópico o idealista!


La realidad es diferente: los seres humanos tendemos al egoísmo, a aprovecharnos de los demás cuando se puede. Las normas y valores, en la mayoría de nosotros, cristianas, nos ayudan a frenar esos comportamientos desordenados. Pero también ciertas instituciones; la propiedad privada, los mercados libres y los gobiernos limitados a la seguridad, la justicia y las obras públicas, permiten que exista una cooperación social auténtica, libre y beneficiosa para todos.


Cuestionar el “cooperativismo” como movimiento no significa rechazar la “cooperación” social. Hoy en día las “leyes de cooperativas” y sus reglamentos imponen una serie de incentivos perversos, privilegios y costos al cooperativismo auténtico. ¡Por eso debemos derogar esas leyes! Y permitir que la libertad individual, las buenas instituciones y el egoísmo racional guíen nuestras acciones dentro de la sociedad. ¡Es un acto de fe en Dios y en su obra! Escríbeme amigo cooperativista y ayúdame a cambiar la conversación nacional compartiendo este mensaje. ¡Conoce más aqui!

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