BICENTENARIO (2)
La Gran Devolución
En mi artículo anterior expuse el problema de fondo que padece Guatemala: el sistema estatista de gobierno y economía. En esta segunda entrega de mi serie “Bicentenario”, plantearé lo que es necesario, según nosotros los fusionistas, para salir adelante y empezar a celebrar, en serio, nuestra Libertad.
Al independizarnos de la Corona Española el poder pasó a manos de liberales y conservadores, quienes de haber adoptado de lleno la Constitución de Cádiz de 1812, la primera constitución liberal clásica, otra hubiera sido nuestra suerte. Lamentablemente no fue así y desde entonces se sucedieron “revoluciones”: la liberal de 1871 y tres importantes en el siglo XX: la del ’44, la del ’85 y la del ‘96. Esas “revoluciones” o hitos derivaron en una “usurpación” gradual, progresiva y triple: de funciones, libertades y recursos, a las personas, familias, empresas y otras entidades privadas.
A “La Gran Usurpación” se le vence con “La Gran Devolución”, también triple: de funciones, para hacer negocios y empresas productivas, educar a nuestros hijos, curar a nuestros enfermos y ocuparnos de nuestros ancianos y desvalidos. De libertades, eliminando las excesivas regulaciones y burocracia que asfixia nuestros negocios. Y de recursos, es decir, de dinero, reduciendo la inflación y a uno los impuestos, a fin de tener los ingresos necesarios para llevar a cabo nuestros planes particulares.
“La Gran Devolución” exige 3 pasos en simultáneo: 1) rescindir los convenios internacionales, tomando distancia prudente de las agencias supranacionales, 2) derogar las leyes malas y, 3) aplicar las 5 Reformas que compartí en mi artículo del 13 de agosto. Si quieres conocer más de La Gran Devolución escríbeme, y no te pierdas mi próxima columna: La hoja de ruta. ¡Conóce más aquí!
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