Anticomunismo pendejo
¡Urgen ciudadanos valientes pro-capitalismo que militen en partidos políticos!
Sacar de la creciente pobreza, violencia y frágil infraestructura a Guatemala supone un cambio de sistema de gobierno y economía: del hoy estatismo, sostenido por el socialismo y mercantilismo crónicos, al capitalismo liberal. El problema es, en gran parte, que no hay buenos defensores de semejante causa.
Abundan gentes con mentalidad estatista, que defienden la idea de que el Estado debe darle de comer a los pobres, educar a los niños, curar a los enfermos, promover el deporte, fijar salarios, asistir la agricultura y hasta plantar árboles. Ellos se equivocan, he explicado por qué en otras columnas, pero contra semejante ineptitud y necedad poco se puede hacer.
El problema yace en aquellas personas que entienden qué es el capitalismo; que entienden el proceso económico, la importancia de los precios, del conocimiento disperso y de la división del trabajo. Los que entienden claramente el daño de la planificación centralizada y de la necesidad de poner límites al gobierno. Los que reconocen, incluso, que los valores y principios, idealmente judeocristianos, son congruentes y necesarios para el sostenimiento del capitalismo.
Lamentablemente estas personas pregonan un “anticomunismo” pendejo, por reaccionario, ignorante, poco ambicioso, cortoplacista y partido-fóbico. Viven apagando fuegos e impulsando iniciativas inútiles y contraproducentes; de ahí las fulanas marchas y plantones cívicos, las estériles publicaciones y directos en redes sociales, los libros y conferencias sin trascendencia, los “frentes ciudadanos” y hasta los amparos y juicios políticos. De todo menos militar en un partido político de buena derecha, la única vía inteligente, pacífica y sostenible. ¡Se buscan mejores defensores para la buena causa de transitar al capitalismo!
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