A mal tiempo, menos leyes
- Jorge David Chapas
- 12 oct 2022
- 2 Min. de lectura
“Es más importante matar las malas leyes que aprobar las buenas”, Calvin Coolidge
Guatemala se localiza en la zona intertropical del mundo, una región con mucha lluvia, sol y condiciones fértiles para la agricultura. Los huracanes, tormentas y depresiones tropicales son fenómenos naturales con los cuales debemos aprender a vivir y más bien, fortalecer nuestras economías familiares, ahorros, propiedades e infraestructuras para, primero contener sus potenciales impactos, pero también “aprovechar” al máximo sus beneficios y abundancias.
Desafortunadamente, en Guatemala y América Latina parece que la clase política y las élites (empresariales, cristianas, militares y académicas) no quieren entender que para que la economía familiar (no la “macroeconomía”), ahorros, propiedades e infraestructuras sean fuertes y productivas debemos contar con justas, claras y pocas leyes.
En estos días se cabildean varias leyes malas en el Congreso: una “ley de adquisiciones del Estado”, iniciativa 6141, y la “ley orgánica de planificación”, iniciativa 6145, la cual busca convertir a SEGEPLAN (Secretaría General de Planificación) en “Ministerio”. La primera, aunque necesaria, es inútil si primero no limitamos las competencias, poderes y dinero de los gobiernos, nacional y municipales. La segunda ley es peor, porque otorga más competencias, poderes, personal y recursos al Estado, profundizando así el estatismo y la planificación centralizada.
Debemos derogar estas y demás leyes malas, pues ellas empobrecen más a nuestras familias; obstruyen la creación de riqueza y ahorros, ponen en riesgo nuestras propiedades y evitan que haya más y mejores carreteras, puentes, drenajes, diques y embalses para contener y aprovechar la abundancia que nos ofrece La Creación en estas latitudes del planeta. ¡A mal tiempo, menos leyes! Sígueme en FB: Jorge David Chapas y en Twitter: @JDChapas.
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