A los agricultores
¡En el día internacional de los trabajadores!
Cuando usted estimado agricultor, de cualquier parte de Guatemala, siembra maíz o frijol, primero prepara la tierra y luego limpia el terreno, hace el trazo, construye los surcos, ahoya y siembra. Para germinar, la semilla requiere luz, agua, fertilizantes y labores culturales.
Conforme crece la planta va encontrando obstáculos en su desarrollo. Malezas, falta de riego, insectos y otros patógenos intentan detener su crecimiento. Usted entonces debe aplicar trabajo mecánico en los surcos para arrancar de raíz la maleza y aplicar plaguicidas para combatir plagas y enfermedades. Solo de esa manera logra que la planta de frutos, para disfrutarlos o venderlos luego en el mercado, ¿verdad?
El gobierno enorme, ilimitado en funciones, poder y dinero, es como esa maleza que obstruye su desarrollo y el de la sociedad. Con sus costosos y engorrosos trámites y leyes, en la municipalidad y en el gobierno central, estorba, asfixia e impide el crecimiento de nuestros cultivos, negocios, trabajo y empresas, evitando así el progreso de nuestras familias. ¡No cumple con lo único que usted y su familia necesitan para salir adelante: seguridad, justicia y obras públicas!
En un día como hoy, en cual se conmemora a los trabajadores, lo exhorto a no caer en la trampa de creer que su malestar es causado por el bienestar de otros. Así no funciona la sociedad. La falta de empleo y dinero en su bolsillo, y la informalidad, se deben a las miles de leyes malas que existen en Guatemala, entre ellas las leyes laborales (Código del trabajo, salario mínimo, impuestos excesivos, etc.). Ahí yace el problema de fondo. Arranquemos de raíz la mala hierba y acabemos con la plaga del estatismo derogando las leyes malas y transitando al capitalismo para todos. ¿Qué dice?
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Fotografía: Payo Chou-Jó.
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