Vamos por mal camino: es el sistema, señores
Como especialista en tránsito y transporte, he aprendido que la seguridad y eficiencia de nuestras vías dependen en gran medida de las intersecciones y las señales. La premisa es simple: a más intersecciones, menor velocidad; a menos intersecciones, mayor velocidad. En las autopistas, donde las intersecciones son escasas, podemos conducir a mayor velocidad de manera segura. De igual forma, en las ciudades, donde la densidad de intersecciones es alta, es necesario reducir la velocidad para evitar accidentes.
Ahora, traslademos esta analogía a la política y la sociedad. Así como las señales de tráfico nos guían y previenen de los peligros en el camino, también existen indicadores en el ámbito político que nos alertan sobre desvíos críticos. Estos indicadores, como la evasión fiscal, la abstención electoral y la emigración, son señales claras de que vamos por mal camino.
Señal de Evasión
La evasión fiscal es una de las primeras señales de advertencia. La sabiduría popular a menudo sugiere que “para qué pagar impuestos si se los roban”. Esta visión, aunque pesimista, refleja una falta de confianza en la administración pública y la gestión de los recursos. En muchos casos, se observa que en transacciones comerciales, como la compra de bienes raíces, se fijan valores distintos entre el precio real y el precio declarado. Esta práctica no solo es común, sino que se ha convertido en un fenómeno de "vox populi". Si te encuentras en un entorno donde la evasión es la norma, es porque la población percibe una incapacidad de su gobierno para gestionar los recursos de manera eficiente y honesta.
Señal de Abstención
La abstención electoral es otro indicador crucial. En un país donde más del 40% de los ciudadanos eligen no votar, la credibilidad en los políticos y en el sistema democrático está en declive. La baja participación electoral es un reflejo de la apatía y desconfianza hacia los gobernantes. Cuando los ciudadanos dejan de participar activamente en el proceso democrático, se pierde la esencia de la democracia representativa. Este desinterés puede ser una señal alarmante de que el sistema político está fallando en conectar con sus ciudadanos y en ofrecer una representación auténtica de sus intereses.
Señal de Emigración
Finalmente, la emigración es una señal de que la situación ha llegado a un punto crítico. Cuando los ciudadanos sienten que no hay más vías de escape y se ven obligados a abandonar su país en busca de mejores oportunidades, es porque la situación ha alcanzado un estado insostenible. La emigración no solo implica un cambio geográfico, sino también la renuncia a las regulaciones laborales y las estructuras sociales del país de origen en busca de cumplir sueños y alcanzar objetivos personales. Esta fuga de talentos y recursos es un síntoma de una crisis más profunda y de un entorno que no ofrece perspectivas adecuadas para el desarrollo personal y profesional.
Señales para Enderezar el Camino
Como fusionistas, no pretendemos ser profetas ni adivinos, pero es evidente que estas señales nos muestran que estamos en un camino equivocado. Afortunadamente, también existen señales y medidas para corregir el rumbo con las 5 reformas:
UNO: Reforma Política, de los Gobiernos y los partidos Para devolver al Estado a sus funciones propias: seguridad, justicia, e infraestructura física, las cuales hoy se encuentran muy descuidadas por la desidia oficial. Esta Reforma es para fortalecer esas capacidades, hoy debilitadas y corrompidas; y también para jerarquizar debidamente a las instituciones y servidores públicos encargados de las mismas y su cumplimiento. O sea: militares y policías; jueces y agentes judiciales; funcionarios y contratistas de obras de infraestructura; todos los cuales se hallan enormemente desprestigiados hoy en día.
DOS: Reforma del dinero, la banca y la economía para devolver las actividades económicas a los empresarios, al dinero su valor, y a la banca su rol intermediador entre ahorros y préstamos. A fin de desaparecer los ciclos económicos de auges artificiales inflacionarios, con sus posteriores inevitables secuelas de crisis, recesiones y depresiones, la Reforma No. 2 contempla un patrón bimetálico para la moneda, oro y plata, y un sistema de reserva total para la banca.
TRES, CUATRO Y CINCO: Las tres Reformas Sociales. MEJOR Y MÁS EDUCACIÓN, ATENCIÓN MÉDICA Y PREVISIÓN SOCIAL. Simultáneamente con las Reformas de la política y la economía, hay tres Reformas “sociales”, para la educación, la salud, y las jubilaciones y pensiones. Es muy importante destacar, subrayar e insistir que las Reformas son complementarias; y que por eso han de ser simultáneas. En muchos países, los fracasos en reformas liberales se han debido a un “gradualismo” mal entendido: una reforma hoy, la otra ya veremos. Las Reformas sociales se ocupan de educación, atención y de los sistemas de jubilación. Operan a la vez por el lado de la oferta y de la demanda. Por el lado de la oferta, lo que hacemos es devolver la educación a los maestros, el que hacer médico a los doctores, enfermeras y profesionales de la salud, y el seguro social a sus administradores, empleados y obreros.
Las señales de evasión fiscal, abstención electoral y emigración revelan que el sistema está agotado y carece de legitimidad. Los políticos enfrentan un serio déficit de credibilidad; la gente no confía en ellos ni se siente representada, porque no lo está. Como bien lo ejemplificó Bill Clinton con su frase "Es la economía, estúpido", nosotros, los fusionistas, decimos: "Es el sistema, señores. "La solución para revertir esta crisis y alcanzar la verdadera prosperidad radica en aplicar las cinco reformas basadas en principios de política liberal clásica. Estas reformas están diseñadas para atacar las raíces de la pobreza y revitalizar nuestras instituciones, ofreciendo un camino claro hacia un futuro más prometedor y legítimo para todos.
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